Yo me acuerdo de las miles de horas dedicadas a jugar con los playmóbiles. Había ciudades enteras, viajes al espacio, safaris por el Sahara, carreras de autos, escuelitas, familias que vivían como los Robinson, viajes submarinos, recorridos por la selva, por túneles interminables, por planetas de helado y gelatina, guerras de piratas contra bomberos, de indios contra albañiles. Mis playmóbiles volaban por los aires, se convertían en Indiana Jones y en Spider-man, se hacían amigos de los chicos de Star- Wars y de los Transformers. Mis playmóbiles podían ser cualquier cualquier cosa y dedicarse cada día a una nueva actividad. Hoy jefe apache, mañana cazador de elefantes.
De niño nunca fui de jugar mucho con esos. Fui más de los monitos o juguetes de Robotech, GI JOE, Thundercats, entre otros. Pero eran otro tipo de figuras de acción. Solo veía a vecinos y compañeros de escuela que jugaban con esos otros.
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