Mi fantasma de Canterville era más entretenido y brillaba en la oscuridad. O el beduino que me gané en una tómbola de la escuela. La serie del espacio era mi favorita, hasta que me regalaron la granja y la escuelita, con niños y bebés playmóbiles. ¡Ay, los dejo! Voy a buscar entre las cajas viejas a ver qué tanto de estos recuerdos rescato.
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